En un fascinante viaje a través de la historia, una cripta del siglo XVII ha revelado una mezcla única e intrigante de monjes momificados y enterrados accidentalmente. Este descubrimiento proporciona una idea de las costumbres, creencias y, a veces, eventos inesperados que rodearon las prácticas funerarias de esa época.
La cripta, que data del siglo XVII, sirve como cápsula del tiempo del pasado. Situado y conservado en un entorno tranquilo, ofrece información sobre costumbres centenarias.
La momificación implicaba procesos complejos que abarcaban la extracción de órganos, la aplicación de sustancias de conservación y el cuidadoso envoltorio en lino. El entorno de la cripta facilitó un papel ceremonial en la preservación de estas momias durante siglos.
Algunos individuos incidentales en la cripta no fueron momificados intencionalmente como los monjes, sino que se conservaron naturalmente debido a las condiciones de la cripta. Su presencia plantea dudas sobre cómo y por qué terminaron en la cripta.