Un equipo de arqueólogos en Saqqara descubrió recientemente la pirámide de la reina Neith, de quien ni siquiera sabían que existía hasta ahora. Casi exactamente 100 años después del descubrimiento de la tumba del rey Tut, los arqueólogos de Giza hicieron un hallazgo sorprendente que reescribe gran parte de lo que sabemos sobre la realeza del antiguo Egipto. Los investigadores han descubierto ahora la existencia de una reina llamada Neith, que había permanecido desconocida incluso para los expertos durante milenios.
En el sitio arqueológico de Saqqara, justo al sur de El Cairo, los investigadores desenterraron cientos de restos momificados de ibis, que, según informa Live Science, pueden haber ayudado a los parientes genéticos más cercanos y asesores del rey Tut. Entre los ataúdes, los arqueólogos también encontraron un “enorme sarcófago de piedra caliza” y “300 ataúdes bellamente tallados del período del Imperio Nuevo”, dice Zahi Hawass, un arqueólogo en la excavación que anteriormente se desempeñó como Ministro de Antigüedades de Egipto.
“Los ataúdes tienen rostros individuales, cada uno único, que distingue entre hombres y mujeres, y están decorados con escenas del Libro de los Muertos”, dijo Hawass. “Cada ataúd también tiene el nombre del difunto y a menudo muestra a los Cuatro Hijos de Horus, quienes protegieron los órganos del difunto”. Sin embargo, lo más importante es que el equipo de arqueólogos encontró una pirámide que creen que perteneció a una antigua reina egipcia. – alguien que, hasta ahora, les había sido desconocido. “Desde entonces hemos descubierto que su nombre era Neith, y nunca antes había sido mencionada en el registro histórico”, dijo Hawass. “Es sorprendente reescribir literalmente lo que sabemos de la historia, añadiendo una nueva reina a nuestros registros”. Neith era la diosa egipcia de la guerra y patrona de la ciudad de Sais. Según el Museo Egipcio, la diosa reinó como una figura importante en Egipto durante un período de tiempo extremadamente largo, desde el Período Predinástico hasta la llegada de los romanos.
Algunas leyendas dicen que ella estuvo presente durante la creación del mundo; otros la enumeran como la madre de Ra, el dios del sol, rey de las deidades egipcias y padre de la creación. Algunas historias además le atribuyen el mérito de ser la madre de deidades, papel que comparte con el dios Ra, y la adoran como la creadora del nacimiento. La diosa Neith también desempeñó varios roles en el más allá debido a sus asociaciones con la guerra, el tejido y la sabiduría.