Los condones son la forma más antigua de anticoncepción de barrera utilizada por los hombres.
El objeto de la imagen se conserva en el Museo de la Farmacia de Lisboa. Imagen de Soy un Explorador
La primera descripción de ellos la hizo la anatomista italiana Gabrielle Falloppio en 1564, quien afirmó haber inventado una sábana de lino hecha para adaptarse al glande y que se usaba para proteger de la sífilis.
Los condones más antiguos jamás encontrados hasta el momento datan de entre 1642 y 1647. Probablemente estaban hechos de intestinos de cerdo u oveja. Fueron encontrados durante una excavación arqueológica en el pozo negro del castillo de Dudley en West Midlands, Inglaterra.
Casanova mencionó los condones varias veces en sus recuerdos llamándolos el Abrigo Inglés. Ya en el siglo XVIII, los condones adquirieron cierta popularidad tanto por su función profiláctica como como anticonceptivo.
Los condones estaban hechos de intestinos de animales, eran bastante caros y se reutilizaban una y otra vez.
Ésta es la receta de los condones de mediados del siglo XIX: “Toma el ciego de la oveja; remojarlo primero en agua, darle la vuelta por ambos lados, luego repetir la operación en una ley (solución) débil de bicarbonato de sodio, que debe cambiarse cada cuatro o cinco horas, durante cinco o seis veces sucesivas; luego retire la mucosa con la uña; azufre, lavar con agua limpia y luego con agua y jabón; enjuagar, inflar y secar. Luego, córtelo a la longitud requerida y coloque un trozo de cinta en el extremo abierto. Se utiliza para prevenir infecciones o embarazos”.
La producción barata de condones comenzó en 1844 con la vulcanización del caucho, luego se introdujo el látex en 1930.