Los arqueólogos han descubierto 80 esqueletos masculinos antiguos en un cementerio que data del siglo VII a. C., en la región del delta del río Faliro, en el sur de Atenas. Los esqueletos fueron encontrados dispuestos con las manos atadas sobre la cabeza. Una hipótesis sugiere que estos individuos eran rebeldes de la Grecia del siglo VII a. C. que intentaban dar un golpe de estado contra el gobierno.
Se identificaron dos fosas comunes que contenían estos restos antiguos y los huesos se colocaron uno al lado del otro, con los brazos atados por encima de las cabezas. Además, una flecha encontrada alojada en el hombro de un esqueleto indica que estos individuos, probablemente jóvenes rebeldes, pueden haber sido capturados como prisioneros de guerra y posteriormente ejecutados.
Estos descubrimientos se realizaron en el sitio examinado para la construcción del Centro Cultural Stavros Niarchos. Reconociendo la importancia de este hallazgo, el Ministerio de Cultura griego ha declarado que continuará llevando a cabo una investigación más exhaustiva.
Dos pequeños jarrones encontrados entre los esqueletos permitieron a los arqueólogos especular que la tumba se remonta a mediados del siglo VII, al 625 a. C., un período de importante malestar político en Grecia.
Algunos esqueletos se encontraron en posición boca abajo, mientras que otros estaban en posición supina. En total, había 36 manos con claros signos de estar atadas con hierro. Uno de los últimos hombres descubiertos en marzo también fue encontrado con los pies bien atados con una cuerda. La cuestión de por qué los brazos de estos hombres estaban atados por encima de la cabeza en lugar de detrás, como es habitual, sigue siendo un misterio para los investigadores históricos.
Los esqueletos fueron encontrados con las manos atadas por encima de la cabeza en lugar de detrás de la espalda como es habitual.
Los dos pequeños jarrones encontrados permitieron a los arqueólogos especular que la tumba se remonta a mediados del siglo VI a. C., un período de agitación política en Grecia.
Los arqueólogos afirman que los dientes de los fallecidos están bien conservados, lo que indica que eran individuos jóvenes y sanos antes de su muerte. Esto refuerza la hipótesis de que estos individuos eran seguidores de Cylon, un noble que una vez ganó los Juegos Olímpicos. Según los historiadores antiguos Heródoto y Tucídides, Cilón intentó un golpe de estado para derrocar a Atenas en el siglo VII a.C. El golpe fracasó y los partidarios de Cylon se vieron obligados a retirarse y buscar refugio en la Acrópolis, una de las principales atracciones turísticas de Grecia en la actualidad. Los rebeldes, después de recibir garantías de seguridad del gobierno, se rindieron, pero al final no pudieron salvar sus vidas.
Durante la construcción del Centro Cultural Stavros Niarchos también se descubrió una tumba que contenía esqueletos de caballos inusualmente bien conservados.
Hasta el momento, sólo se ha excavado una parte de la llanura de Faliron, y ciertamente hay muchos más misterios bajo el suelo de una de las civilizaciones antiguas más desarrolladas del mundo.